Casa Talar, ubicada en el encantador entorno de Pacheco, Buenos Aires, es un ejemplo de arquitectura que combina la privacidad con la belleza natural. Diseñada en un terreno rectangular de 850m2 con orientación noroeste.
Una de las premisas fundamentales al concebir Casa Talar fue la preservación de la privacidad desde la calle hacia el interior de la casa. Para lograr esto, se idearon ingeniosos parasoles metálicos que pueden abrirse o cerrarse girando sobre su propio eje, brindando un control total sobre la exposición al exterior. Esta característica única permite a los residentes personalizar su nivel de privacidad y conexión con el entorno circundante.
La casa se desarrolla en dos niveles, con dos patios verdes que se entremezclan de manera magistral con el interior. Al entrar, un espacioso patio verde con exuberante vegetación da la bienvenida, inundando de luz natural y vida a los espacios sociales de la casa. Este espacio crea una transición suave entre el exterior y el interior, estableciendo un ambiente acogedor y relajante.
En contraste, en la parte trasera de la casa se encuentra otro patio verde que se conecta con el living/comedor, un área de lectura y finalmente con la cocina. Esta disposición permite una fluidez inigualable entre los espacios, invitando a los residentes a disfrutar del esplendor natural que los rodea.
La planta baja se caracteriza por un amplio living/comedor con un área de lectura adyacente, un estar que se puede integrar o separar según las necesidades gracias a puertas corredizas de Petiribi. La cocina, luminosa y moderna, se abre completamente hacia la galería, difuminando los límites entre el interior y el exterior.
En la planta alta, Casa Talar revela una suite principal de ensueño, completa con un espacioso vestidor y baño privado. Además, se encuentran dos dormitorios adicionales y una suite para huéspedes, asegurando el confort y la comodidad de todos los residentes.
La morfología simple y efectiva de Casa Talar, con su predominante color blanco y la destacada presencia de los parasoles, crea un ambiente luminoso y acogedor. Esta vivienda es un ejemplo perfecto de cómo la arquitectura puede fusionarse con la naturaleza y brindar un refugio único para sus habitantes.